Llueve sobre la pobreza

La globalización parece empeñada en levantar una geografía del desastre. Antes por lo menos no nos enterábamos y vivíamos más tranquilos. Ahora ya sabemos, más o menos, la cifra, minuto a minuto, gota o gota, del número de muertos en Myanmar, antes Birmania. Myanmar debe de ser un curioso país, que no acaba de ser, pues necesta siempre especificar este “antes Birmania”. Nadie dice Sri Lanka, antes Ceylan, o Botswana, antes Rodhesia …

Sin embargo hay cosas que siguen igual, antes y ahora. Cuando llueve sobre la pobreza, lo único que aflora es el desastre. Agua más dictadura militar, tsunami más dictadura miitar, intereses económicos mas dictadura militar, distintas ecuaciones para un mismo resultado: desastre. No sé de qué nos sorprendemos, la verdad, como si no fueramos expertos en este tipo de matemáticas. Quizá lo que pase es que de la ecuación, sólo nos interesa uno de sus componentes, el rendimiento que le sacamos a la dictadura militar, no en vano exportan gas, madera de teca y … opio.

No dejan entrar a las ONGs, qué pena … sin embargo, otras dictaduras tampoco querían dejar entrar a otras fuerzas de ocupación en otros lugares y en esas ocasiones no hubo problema. A veces, los occidentales, salvamos pueblos mal que les pese, a bombazo limpio, democracia explosiva y en otras ocasiones parece que la mínima cortesía entre estados soberanos impide mandar ayuda, no sea que salga exácta la cifra de ahogados y disminuya el flujo de gas, o de teca, o de opio.

Siempre ocurre igual, cuando llueve sobre los pobres, empobrecidos, pobrecitos… aunque también ocurre igual cuando no llueve. Sino que se lo digan a Haití, antes Haití, primera república negra e independiente del Caribe, algo debieron hacer que todavía lo están pagando, aunque ya no salgan en las noticias … hasta que llueva, claro.