Por mucho que disimulen, al final, las entidades tienden a lo conocido, en lo organizativo también. Lo conocido es más bien piramidal y sustantivo, yo arriba y “La ONG soy yo”, en un remedo del Rey Sol, que podría ser de todo, menos un buen l presidente de Green Peace.
Si para algo debe servir el puesto del organigrama, más o menos “alto”, sería para tener más visión, ver más lejos, ver más allá.
Pero increiblemente, encontramos muchísima gente, aupada a puestos de responsabilidad, que, en el duro camino de ascensión, olvidaron el catalejo y apenas alcanzaron a renovar la dioptrías de las gafas.
Mirar desde lo alto es mirar para ver el futuro, gritar al equipo por dónde soplan las ballenas y los delfines, como aquellos barcos de la novela de Moby Dick, tener a la tripulación dispuesta, motivada y remando en una misma dirección. Algunos sin embargo, se encaraman a lo alto del palo mayor, sólo para mirar hacia abajo, sentir a los otros como hormiguitas, meterse en sus vidas … mientras tanto, la marinería se preocupa más por salir bien en la foto, disimular las manchas de la cubierta, arreglarse el uniforme de faena … las ballenas y los delfines pasan de largo, lamentablemente, al final, los arrecifes no.