El emprendimiento social añade algo al simple hecho de emprender. Lo “social” no es adjetivo, es muy sustantivo. No es simplemente el “ánimo de lucro” lo que distingue a las organizaciones “moralmente” buenas, de las “moralmente” malas. Tendríamos que prestar atención a otros “animos”, el ánimo de poder, el ánimo de compartir, el ánimo de transformar. Ahora que estmos tan en “crisis”, hay muchas entidades quemando el barco para salvar a la tripulación y muchas quemando a la propia tripulación para salvar su triste barco. Y no todas quedan perfectamente alineadas bajo la etiqueta de lucro o no lucro. Lo “social” tiene que actualizar sus debates, dejandose de cierto engreimiento ético para volver a aprender a leer. También necesita elevar su debate, por que “lo social” no se reduce al “buen rollito”. Hay que seguir añadiendo…