Se han puesto de moda las cenizas sobre nuestras cabezas. Unas veces son volcánicas y otras son mercantiles. Las dos explotan cuando les da la gana. Sobre las del volcán no podemos hacer nada, sobre las financieras no nos da la gana hacer nada. Los bancos quiebran y los salvamos con dinero público. Luego quiebra lo público y los bancos tan contentos. La especulación es la verdadera nube que todo se lo lleva.