Al consejero – delegado del BBVA le van a dar 3.000.000 euros al año por jubilarse, cada año, creo que hasta un total de 52.ooo.000 euros, al cabo de 18 años. Todo esto en un contexto en el que todos sabemos qué pasa cuando quiebra un banco, básicamente que se rescata con dinero público.
Todo esto en un país que camina hacia el 20% de su población en paro. No me alcanzo a imaginar el valor del trabajo del Sr. Consejero-Delegado como para merecer tal remuneración. ¿Cuantas veces ha puesto su vida en riesgo a la semana, como lo hacen policías, bomberos, profesionales de protección civil? ¿cuantas vidas ha salvado a la semana como lo hacen médicos, enfermeras, comadronas? ¿a cuantos bebés ha traido al mundo, a cuantos ha enseñado a leer, a cuantos a dado de comer quitándoselo de su propio plato como hacen cada día miles y miles de personas que todos conocemos?
El sr. consejero – delegado del BBVA tiene ya asegurado su futuro, lo que no tiene es una pizca de verguenza. Quizá nosotros podamos hacer algo, cambiarnos a otro banco que sí la tenga. Quizá si 3.ooo.ooo de nosotros lo hacemos, estableceremos un poquito la balanza. El problema no es sólo la injusticia, sino la impudicia con que se exhibe.
